Se estima que algo más del 10% de la población mundial es zurda. Hoy por hoy, esto no suele implicar mayores inconvenientes, pero hay unos animales que presentan una asimetría más problemática: los caracoles.

Caracoles zurdos. La mayoría de los caracoles comparten la dirección en la que su caracola dibuja su característica espiral que gira en el sentido de las agujas del reloj. Pero hay una pequeñísima población de caracoles cuyas conchas se desarrollan en sentido inverso. El motivo parece estar en una pequeña variación genética.

A los caracoles que desarrollan su caparazón de forma simétrica al resto se los suele denominar como “caracoles zurdos”, pero si tuviéramos que buscar un análogo humano más preciso tendíamos que irnos a la condición a la que denominamos situs inversus. Las personas con esta condición, también de origen genético, desarrollan uno o varios órganos en el lado “incorrecto”, por ejemplo pueden tener el corazón a la derecha y el hígado hacia la izquierda.

Esta condición ocurre en alrededor de una persona de cada 10.000 y raras veces genera trastornos, pero en el caso de estos moluscos, la inversión de su caracola puede causar problemas, por ejemplo dificultando la reproducción de estos animales.

Un gen vital. Comprender la genética responsable del cambio en estos animales es importante ya que puede darnos pistas sobre la evolución que fue modelando los diferentes géneros y especies de gasterópodos. Según explica el equipo responsable de descubrir el principal gen involucrado en esta diferenciación, a lo largo de la evolución, estos cambios resultaron en la aparición de nuevas especies, algo llamativo cuando se trata, precisamente de mutaciones que dificultan la reproducción.

Caracoles de laboratorio. El equipo realizó su estudio con una variante de caracoles de la especie Bradybaena similaris. La variante tiene la característica de presentar una alta prevalencia de caracoles “zurdos”, casi la mitad de los ejemplares nace con esta característica.

El equipo comparó los genes de los ratones que nacían con conchas que giraban hacia uno y otro lado. Descubrieron que la principal diferencia estaba en un gen, diaph, pero no en el gen en sí sino en su expresión. Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Zoological Letters.

El curioso caso de Jeremy. Quizás el caracol más famoso en presentar esta anomalía fue un caracol británico apodado Jeremy en honor al político Jeremy Corbyn, el político izquierdista que fue dos veces candidato a primer ministro en el Reino Unido.

Jeremy fue el protagonista de otra investigación cuyos resultados postulaban una hipótesis alternativa a la basada en la genética. El equipo responsable del estudio concluyó, tras juntar numerosos especímenes como Jeremy para que pudieran reproducirse entre ellos, que el cambio obedecía a fuerzas externas, no por herencia genética sino por accidentes en el desarrollo.

El estudio, publicado en 2020 en la revista Biology Letters, nos recuerda que aún tendremos que investigar más a estos moluscos, su genética y su desarrollo, si queremos saber exactamente qué fenómeno está detrás de esta singular característica de una pequeña cantidad de caracoles y, sobre todo, de sus implicaciones.

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Imagen | Angus Davison


La noticia

Un simple gen puede enviar un castigo divino a los caracoles: convertirlos en «zurdos»

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Xataka

por
Pablo Martínez-Juarez

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